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Los CampeonesEn el partido decisivo superaron a los rosarinos Juan Cruz Baldellou y Guido Ghiglioni. De esta manera, se tomaron revancha de la caída sufrida antes, en el torneo. El dramatismo estuvo presente por los calambres acusados por Emir Moncayar, en la última parte del tie break. El tercer puesto fue para Marcos Quinteros y Tomas López.

La final estuvo dividida en dos partes: un primer set por lado justificó que en tie break se definiera el encuentro.

El primer capítulo fue para los mendocinos de Tunuyán, Emir Moncayar y Leandro Aveiro. Hicieron el gasto fuerte del partido, y defendieron hasta más no poder. Esta condición de «invulnerabilidad» desconcentró a los rosarinos Juan Cruz Baldellou y Guido Ghiglioni.

Si bien en la primera parte del set estuvieron punto a punto (6-6) una serie de bloqueos de Moncayar permitió una ventaja inicial de 14-11 que se extendió 15-13 y 17-14, debido a que los chicos de Rosario no encontraban la vuelta al partido. De esta manera ganaron el primer parcial los mendocinos por 21 a 16.

En el segundo Baldellou y Ghiglioni recuperaron la tranquilidad. Se notó que se concentraron más en obtener punto a punto y aprovechar todos sus recursos. De hecho, durante todo el torneo se complementaron muy bien.

La solidez de esta etapa hizo que alcanzaran una ventaja importante al principio de 14-3 y luego mantuvieron esa brecha en 17-7, 18-8 y cerraron con un toque cruzado de Ghiglioni a zona 2 que no pudo alcanzar Aveiro.

Con suspenso

Los mendocinos hicieron una primera ventaja de 4-1 que fue recuperada por los rosarinos para ponerse 4-3. Un par de errores por lado hizo que los puntos fueran sumando en el marcador hasta que Ghiglioni pidió tiempo con el marcador en desventaja 5-9.

A la vuelta anotó Baldellou pero Moncayar sufrió el primer calambre y pidió 5 minutos de tiempo médico, que fue concedido por los árbitros. Desde entonces, los mendocinos manejaron los tiempos del partido. Controlaron las acciones en la cancha y generaron que parte del público les tuviera la consideración suficiente para darles aliento, al ver que los calambres de Emir no cedían.

Con garra, Moncayar pidió la pelota por zona 2 cuando estaban 13-12 y saltó muy alto -casi como si la lesión en ese momento no estuviera presente- y enterró el balón al medio de la defensa rosarina. Sólo quedaría por jugarse un punto ganado por Ghiglioni en la siguiente rotación y luego el tanto que definió el partido a favor de los chicos de Tunuyán.

Fuente: Matías Frati – Foto: FeVA
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