La cifra exacta y global de concurrencia es de 85147 personas, para un promedio de 1330 espectadores por partido. Lógicamente, los partidos de la Selección Argentina representan los picos de público, con llenos de 3500 personas tanto en Almirante Brown (primera ronda) como en Bahía Blanca (de la segunda ronda en adelante).
Sin embargo, la devolución del público fue más allá de la presencia de la Selección Menor. La final mundialista entre Serbia y España también tuvo un Osvaldo Casanova a pleno, con 3500 personas, mientras que en el duelo de primera ronda entre Rusia y China, 2750 bahienses le pusieron color a las tribunas.
En Almirante Brown, escenario de la clasificación entre los puestos 9 y 16, la gente siguió acudiendo al Polideportivo, tomando partido por los diferentes equipos. Egipto, Estados Unidos, Puerto Rico y Brasil fueron los más populares, y justamente los verdeamarelos disputaron una intensa final por el noveno lugar ante Irán con un marco de casi 2000 personas.
En el Mundial de Turquía, el equivalente femenino de la categoría, el total de convocatoria fue de 36953 espectadores, para un promedio de 577 personas por juego. En Brasil, en tanto, se disputó el Mundial Juvenil Masculino y el número global fue de 13790 espectadores, aproximadamente 215 por partido.
Perú fue la sede que registró números mayores, en buena medida porque el estadio de las finales mundialistas duplicó en capacidad al Osvaldo Casanova (lleno, albergó a 6500 personas) y por la locura que el voleibol femenino genera en el público peruano. El Mundial Juvenil Femenino totalizó 127866 espectadores, siendo el único en llegar a los seis dígitos, con un promedio de casi 2000 presentes por partido (exactamente, 1997).
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