Yael CastiglioneLa armadora de Las Panteras, que buscarán la primera clasificación olímpica de su historia, habla de cómo se siente jugar en la competitiva liga polaca y cuenta su difícil historia familiar: “Mis padres jugaban al vóley. Mi mamá falleció cuando yo tenía 18 y mi papá cuando cumplí 21”. Una luchadora.

Ya llegó a Polonia. Su pasaporte sumó un sello más y ya lleva más de 30. Yael Castiglione, armadora de Las Panteras (que lograron la mejor posición histórica en la Copa del Mundo de Japón con un octavo puesto) será la primera argentina que jugará en la liga polaca, que en los últimos años se posicionó entre las mejores. Hace 11 años que esta zurda vive del vóley, algo que soñó de chica y que no fue fácil de lograr, aunque hoy, después de pasar por España, Suiza, Azerbaiyán, Rumania, Francia, Austria y Brasil, ya es un hecho. “Yo no fui de las que tocó el oro apenas se fue al exterior, todo lo contrario. Recién en los últimos años empecé a ver los frutos”, cuenta Yael.

-¿Por qué cambiaste Brasil por Polonia?

-Estaba cómoda en Brasil, pero en este momento de mi carrera no me gusta ser conformista. Para terminar de despegar se necesita cambiar y realmente quería ir por algo más. Quería ir a una liga más ambiciosa. Polonia es un desafío, un sueño que espero cumplir, sobre todo por lo que se le viene a la Selección. En Azerbaiyán también fui la primera argentina. Después llegaron más.

-¿A qué edad te fuiste por primera vez?

-Tenía 19 años y nunca pensé que iba a poder vivir de esto, de hecho costó muchos años lograrlo. Pero siempre sumé experiencia y me la banqué. A los 18 falleció mi mamá y yo recién estaba entrando en la Selección, aún no tenía la meta de irme afuera: estaba terminando el secundario. Pero siempre tuve el apoyo de mi papá. Y de hecho al año siguiente a los 19 me fui al exterior, me costó mucho por todo lo que me había pasado.

-Y tuviste que volver…

-Sí, porque cuando tenía 21 años falleció mi papá. Me volví de Suiza porque se enfermó y tenía que cuidarlo. Tuve que dejar de jugar esos meses, que habrán sido cinco. Arranqué una vida diferente, trabajando en una oficina y entrenando en Boca, que en ese momento fue un lugar que nos abrió las puertas a mí y a mi hermana (NdeR: Carla, jugadora de San Lorenzo y de la Selección) para seguir jugando porque nos ayudaban económicamente, cosa que el vóley no lo hacía en aquel momento.

-¿Tus padres te iniciaron en este deporte?

-Si, los dos jugaban y mis tíos también. Mi mamá fue parte de la Selección Metropolitana y ambos jugaron muchos años en GEVP (Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque). Cuando Hugo Conte me ve, dice que ve a mi mamá adentro de la cancha. Ella me contaba que yo, de bebé, me dormía sobre los parlantes de los estadios cuando mi papá jugaba.

-¿Cómo fue el regreso a Europa?

-Junté fuerzas y volví, pero a una tercera liga de España: no consideraba que estaba en un momento psicológicamente apto para pasar a una liga más importante Y también pensé en las consecuencias de no quemarme como jugadora. Si no hubiese sido por el vóley no sé donde estaría. Fue mi cable a tierra.

-¿Y con tu hermana?

-Fue difícil porque éramos dos adolescentes sin una voz de mando. Ella también decidió irse a Europa con 18 años. Hemos estado meses separadas hasta que la Selección nos unió de nuevo. Me emociona cuando le va bien. Este año por primera vez jugamos juntas en la Selección. Fue una experiencia hermosa y espero que se repita.

-¿Cómo vivís el camino hacia el preolímpico y el sueño de clasificar por primera vez en la historia?

-Cada vez que nombran a los Juegos Olímpicos me da piel de gallina. Si se llega a dar será inolvidable: es el único torneo que me queda por jugar con la Selección. Un sueño.

-¿Y en el 2016 se vendrá además el casamiento?

-Mi pareja es una especie en extinción. El es, además, mi representante. Es brasileño y hace 17 años que vive en la Argentina. Fue deportista y ése es un punto a favor porque me entiende y me apoya en todo. Me acompaña al exterior. Gracias a él pude seguir. Feliz de empezar una nueva vida con él.

Fuente: Claudia Villapun / Olé – Foto: Facebook

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