Con la clasificación al Mundial Sub-20 femenino, Argentina logró algo inédito para el vóley nacional: la participación en los tres Mundiales de base de la rama femenina y los tres de la masculina. Otro hito en años de crecimiento.
En el 2016 cinco de las seis selecciones habían asegurado su lugar en los Mundiales 2017. En el caso del masculino, ya son moneda corriente los buenos resultados, sobre todo con los subcampeonatos del mundo menor y juvenil en 2015 y los campeonatos sudamericanos de las mismas categorías en 2016.
La Selección Menor masculina se quedó con el primer puesto del Sudamericano y así aseguró su lugar en el Mundial que se jugará en agosto, en Bahréin. Por su parte, la Juvenil revolucionó Bariloche en octubre pasado y le volvió a ganar una final Sudamericana a Brasil para ser campeón y ganar la plaza para el Mundial 2017 en República Checa. La Sub 23 no fue ajena y con la camada subcampeona del mundo en 2015, viajó a México y se quedó con la Copa Panamericana de la categoría y boleto al Mundial de Egipto 2017.
Sin dudas, lo hecho por las selecciones femeninas merece un párrafo aparte. El primer hito fue el que logró la Selección Sub 23 en la Copa Panamericana, que dejó en el camino a Perú en un partido inolvidable, llegó a la final de dicha competencia y así clasificó al Mundial de Eslovenia. Es la primera vez que Argentina llegó a un Mundial Sub 23 ganándose la plaza ya que en 2013 fue invitado.
En tanto, en otro hecho inédito, Argentina organizará un Mundial de base femenino en este 2017 y es por eso que la Selección Menor ya tiene asegurada su participación desde hace rato. Rosario y Santa Fe se preparan para una gran fiesta de vóley en agosto próximo.
Y las últimas en confirmar este gran momento fueron las juveniles. Viajaron a Costa Rica a la Copa Panamericana con la meta del Mundial en la cabeza y lograron la clasificación con un soberbio 3-0 a Perú.
Seis selecciones en los mundiales de base, un desafío y sueño hecho realidad.
Fuente y Foto: FeVA
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