El Instituto Carlos Pellegrini tucumano no aceptó la reprogramación del partido decisivo del playout y no se presentó a jugar. Bella Vista hizo 16 horas de micro, llegó a la puerta de un estadio cerrado, firmó la planilla en soledad, ganó y ascendió a la A1. Insólito.
Suena extraño decirlo pero… La Liga Argentina de Vóley vivió una circunstancia bastante particular. Se podría decir, para darle color a la situación, que un equipo ascendió gracias a un radar roto. O también, en la misma línea, que otro descendió en la vereda. ¿De qué se trata el cuentito? Acomodate y lee esta historia escrita por Martín Macchiavello en el Diario Olé.
La Liga ACLAV también define cosas importantes por el fondo. Ya descendido Chubut, ya ascendido Catamarca, había que definir una plaza. Y esa definición se hace bajo el sistema PlayOut, una suerte de Promoción futbolera. Desde la A1 llegaba Instituto Carlos Pellegrini de Tucumán y desde la A2, Municipalidad de San Miguel-Bella Vista. La serie, al mejor de tres partidos, estaba parejita, 1-1, con triunfos visitantes. Sin embargo, el tercer partido jamás se llegó a jugar. Pero fue el más comentado de todos…
El juego tenía día y hora estipulado: martes 22 de marzo, 21.30, en el gimnasio de Moreno y Alsina, en la capital tucumana. Claro que el lunes, todo se tergiversó. Una falla técnica paralizó durante más de seis horas los vuelos en los principales aeropuertos del país y perjudicó a los pasajeros de más de 125 vuelos. Entre ellos, el plantel de Bella Vista, que esperaba en el Aeroparque Jorge Newbery la partida. Si hasta detuvo a la presidente Cristina Fernández, quien debía encabezar un acto en Salta…
Ante la imposibilidad de tomar el vuelo, la dirigencia de BV se comunicó con la ACLAV y, ya en la madrugada del martes, le informó acerca de la problemática. Así las cosas, y basándose en el handbook, en el ‘manual de instrucciones de la Liga’, que indica que “bajo circunstancias excepcionales que impiden el normal desarrollo de la organización de la competencia”, la ACLAV postergó el partido para el jueves a las 21.30. ¿Y?
La medida no cayó bien en Tucumán. De hecho, el plantel de Pellegrini se reunió el martes, a las 21.30, se vistieron como jugadores pero, en vez de enfrentarse a Bella Vista, se enfrentaron a los micrófonos e hicieron una ronda de prensa. “No nos presentaremos a jugar. Nadie va a jugar con la dignidad del Instituto Pellegrini. Esto es aberrante”, aseguró Carlos Valenzuela, máxima autoridad de los norteños. “Durante las cuatro Liga A2 y las dos A1, Pellegrini viajó aproximadamente 50 mil kilómetros en ómnibus o trafic, nunca lo hizo en avión, y siempre llegamos a horario. Así como esa tenemos muchas anécdotas de cumplimiento responsable de nuestras obligaciones, pero una vez más quedó demostrado que el que cumple no tiene la razón y el que no cumple, siempre tiene justificativos que son escuchados y entendidos. En una palabra, le dan la razón. El reino del revés, como diría María Elena Walsh”, le agregó al sitio especializado Somos Voley. Y básicamente, se bajó de la competencia argumentando, entre otras cosas, que buena parte de sus jugadores ya tenían boletos de vuelta (el dominicano Palomino a su país, varios juveniles participarían de un torneo amistoso en Jujuy, e incluso el entrenador Pablo Del Grecco, quien dirigirá a San Lorenzo en el torneo Metropolitano, y se despidió del grupo). ¿Y Bella Vista qué? ¿Se iba a quedar en el molde?
“Fue un viaje medio al pepe, pero nos presentamos igual”, le contó Juan Carlos Cunto, presidente de Bella Vista, a Olé. “Estamos contentos por el ascenso histórico aunque la felicidad no es la suficiente: tendríamos que haberlo conseguido de otra forma”, agregó. “Yo estuve en Aeroparque con 18 pasajes, con un gasto de 30.000 pesos, pero era la 1 de la mañana y nadie nos aseguraba que el avión saldría. Y no podíamos salir corriendo a tomarnos el primer micro, hacer 16 horas de viaje y llegar como si nada a una hora del comienzo del partido. Hablé con Valenzuela, le planteé la situación, y se desentendió. Nosotros no podíamos dar ventaja deportiva en un partido semejante”, acotó Cunto.
Ante la duda, y hasta por una cuestión burocrática, Bella Vista viajó igual. En micro, para ahorrar dinero. Los puntos estaban virtualmente ganados pero… Había que ratificarlos en la planilla. Cuando llegaron al gimnasio de Moreno y Alsina, con ropas de entrenamiento, se encontraron con las instalaciones cerradas y sin personal (foto). En la calle, q uedaron también en veremos los dos jueces y los cuatro líneas. Encima, lloviznaba… El rumor en la puerta era que Pellegrini ya no quería seguir en la Liga y cualquier motivo era bueno para decirle adiós a una competencia, a un partido que lo tenía de banca por donde lo miren…
Más allá de los motivos, el descenso fue un hecho una vez que el supervisor Nicolás Pacheco se hizo cargo de la situación. “La cancha no estaba abierta. No había policías ni ambulancia. Tampoco el equipo local estaba presente”, le dijo a La Gaceta. El partido se cerró en 3-0 para Bella Vista, con parciales de 25-0, 25-0 y 25-0 ¿La pena? “Según los reglamentos de la ACLAV, hay una pena automática de dos años por la no presentación. Las condiciones, claramente, no estaban dadas. Fue una pena la situación que se dio”, le dijo a Olé el director de competencia de la Asociación, Mariano Claá. Y no se equivocó: el vóley argentino perdió una plaza muy importante a nivel nacional. O sea, no fue sólo un descenso. Hubo suspensión para cualquier torneo liguero. Y por dos temporadas.
En la 99/00, Social Monteros había hecho su aparición en el máximo torneo del país. En el 2005, ya como Swiss Medical Monteros, consiguió el título tras vencer a Bolivar en condición de visitante (con quien había perdido la final la temporada anterior). En 2006 descendió hasta que Pellegrini apareció para la 2009/10.
Una pena descender en la vereda. Bajo la llovizna. Otra pena ascender por un radar. No es la manera de defender y prestigiar a una Liga Nacional.
Fuente: Martín Macchiavello / Olé – Foto: 5to Set
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