Pável Kukartsev se acostumbró desde muy chico a que lo llamen Pablo. En la Argentina y en España su nombre terminó siendo traducido. Hoy tiene 20 años (nació en la Argentina en 1993) y cuando vuelve a su casa en Rosario saluda a sus dos padres rusos, Serguéi y Mila –por Skype o teléfono, ya que viven en Madrid– con un acento que mezcla el porteño con el castellano de España. Fue en ese país en el que, luego de muchas idas y vueltas, terminó afincándose la familia Kukartsev. Si no hubiera sido por un repentino interés de la élite del vóleibol argentino, probablemente Pável, todavía estaría buscando una nación que lo apadrinase para practicar el deporte en el que es un crack.
Serguéi y Mila no siguen la norma del europeo venido a América escapando de la guerra. Ambos emigraron a la Argentina para desempeñarse como deportistas. A Mila la convocaron del Club Náutico Hacoaj de la Argentina para jugar al vóleibol y, más tarde, Serguéi tendría el mismo destino. Dos años después de dar a luz a Pável, ambos regresaron a Rusia. “Después fuimos a vivir a España, cuando yo tenía cinco o seis años”, recuerda Pável en una entrevista con Rusia Hoy.
Pablo recuerda la época de oro profesional de sus padres como un ejemplo. “Mi padre fue el que menos tiempo jugó. Salió campeón del mundo y mejor armador con la Unión Soviética. Mi madre también estuvo vinculada con la selección rusa. Mi viejo tuvo una lesión muy fuerte en la rodilla y le costó mucho seguir. Eligió parar para no romperse algo. Mi mamá estuvo jugando tres años más”.
Además, fue su madre la que lo introdujo al deporte, cuando dirigió el equipo de su colegio.
Ocho meses en la Argentina
El léxico de Kukartsev es un híbrido entre el español clásico, un poco acartonado y rígido por su ruso sanguíneo y ya dominado por las pintorescas expresiones argentinas. Pasaron tan solo ocho meses desde que Pablo se radicó definitivamente en la Argentina. Actualmente, además de jugar para la Selección Nacional sub 21 y sub 23, Kukartsev es parte del plantel de Puerto San Martín de la provincia de Santa Fe.
Durante su paso por el vóleibol español, Kukartsev jugó para el UBE L,Illa Grau. Sin embargo, hubo una época en la que el apellido Kukartsev podría haber terminado definitivamente impreso en la camiseta española. “Estuve un año con la selección española, pero no jugué partidos internacionales porque no tenía la nacionalidad. La Argentina se venía interesando en mí hace dos años más o menos. Trataban de convencer a mis padres para que fuera a jugar con ellos. El tema era que yo era muy joven para irme solo a una ciudad enorme, en la cual no conozco a nadie. Tenía 17 o 18 años. Un día vino el mánager de la selección mayor, Facundo Rizzone, a tomar un café con mis padres, allá en España. Nos explicó todo y me regaló una camiseta de la selección argentina con mi número y mi apellido, con eso me compró”, aseguró la promesa del vóley argentino.
El 30 de septiembre la selección argentina sub-23 de vóleibol venció a su último rival del cuadrangular que se llevó adelante en una localidad de Morón, provincia de Buenos Aires, y se consagró como campeón. Kukartsev fue el jugador más valioso del equipo argentino ante el último rival de ese torneo: Rusia.
Con sus 22 puntos y el primer puesto, la Selección Argentina allanó el camino para el campeonato mundial que se desarrolló en octubre en Uberlandia, Brasil, y en el cual el joven ruso-argentino opacó el modesto séptimo lugar que terminó ocupando el seleccionado argentino al consagrarse como el máximo anotador nacional.
“A mí me sorprendió muchísimo el partido contra Rusia. Siendo ellos los actuales campeones del mundo, la mayoría de los chicos rusos habían ido al último mundial. Son físicamente unos animales enormes. En ese partido me salió todo. No sé si era la emoción o las ganas de jugar de local, con el público alentándonos contra una selección como Rusia. No es lo mismo que contra otro equipo”, confesó Pablo.
A la hora de hablar de ídolos, Pablo Kukartsev no duda: “De la selección rusa, un ejemplo es Maxim Mikhaylov. Después, de la selección española me gusta Rafa Pascual. De la argentina, Luciano De Cecco”, comentó.
El desarraigo
En diálogo con Rusia Hoy, Kukartsev contestó sobre una de las temáticas que más intrigan en aquellas personas que parecen no tener suelo: ¿dónde se siente como en casa? Pablo aseguró que hoy su hogar está en España.
“En Rusia, si bien allí se encuentra toda mi familia, no viví mucho tiempo y en la Argentina llevo ocho meses. En España viví catorce años, pero mis mejores amigos eran argentinos. De momento, mi casa está ahí”, confesó.
Haciendo hincapié en la presencia de los Kukartsev en Rusia, P ablo se mos tró consciente de las posibilidades que podría tener de jugar para esa potencia mundial de vóley. Su padre Serguéi conserva muchos de los contactos con entrenadores y jugadores rusos y su tío es el mánager de la selección femenina de vóleibol.
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