No será fácil superar los logros y alegrías que el 2009 trajo para el vóley argentino. Pero la meta, al margen de la dificultad, ya está planteada en el seno de la Federación del Vóleibol Argentino para el nuevo año que comienza. Un año que tendrá compromisos de peso, con la organización del Final Six de la Liga Mundial a la cabeza, y que llegará con todo el envión de lo cosechado en 2009.
La nave insignia del vóley argentino, la Selección Mayor, comandó la lista de éxitos. El inicio del ciclo de Javier Weber al mando del equipo llegó con un fuerte aire de frescura y energía, desde aquel primer entrenamiento en el CeNARD, el 28 de abril. Asimismo, la sociedad estratégica entre la FeVA e IDS Sports, para la comercialización de los representativos nacionales, comenzó al mismo tiempo a dar sus primeros pasos.
La visita de Cuba por Bolívar y la Copa Lanzamiento en Mar del Plata, ante los caribeños y Chile, fueron los primeros escalones hacia un nuevo regreso a la Liga Mundial, el primer compromiso oficial de la nueva etapa. Y en junio, finalmente, se concretó la vuelta argentina a la competencia anual de clubes más importante de la FIVB con el debut en Corea.
La gira de visitante le dio a la Selección un buen colchón, en cuanto a resultados y juego, para afrontar la segunda mitad de la Ronda Intercontinental ante su gente. Un triunfo ante Corea, uno ante Francia y uno ante Serbia (este último, inédito en el continente europeo) marcaron el camino hacia el mítico Luna Park, el escenario de la vuelta de la celeste y blanca como local a la Liga Mundial.
Con grandes marcos de público, la Selección sacó a relucir su mejor juego en su propia casa. Ante Corea en Buenos Aires y frente a Serbia en Formosa, nuevamente repartió triunfos, para llegar al último weekend, en San Juan, con las chances de clasificación a la Ronda Final más vivas que nunca. El legendario Aldo Cantoni explotó en los dos partidos contra Francia, que quedaron ambos en manos de la Argentina, y el pasaje a Belgrado se convirtió en una realidad.
Por primera vez presente en el Final Six por mérito deportivo, Argentina afrontó una dura zona con Cuba, ante el que peleó de igual a igual, y un Brasil que pronto volvería a ser campeón. Sin embargo, el quinto puesto nacional fue una marca histórica, y las buenas devoluciones organizativas le valieron a la Argentina, meses después, la organización de la instancia definitiva en 2010.
Retomando la línea cronológica, con el primer objetivo cumplido, quedaban dos metas aún. Primero, la Selección Mayor afrontó el Sudamericano en Bogotá en una lucha mano a mano con Venezuela: victoria argentina por 3-1 y segundo lugar, detrás de Brasil, que ganó en la final por el mismo resultado. Luego, en San Luis, Argentina se jugó la clasificación al Mundial de Italia 2010 a fines de agosto, y redondeó un año bárbaro. Sin perder sets, la Selección superó a Bolivia, Chile y Colombia y atrapó la plaza.
Sin embargo, los lauros de la Mayor no fueron los únicos que elevaron la barra de exigencia para próximos compromisos. Porque abajo, las Selecciones de base vivieron su mejor año histórico. Los dos equipos tuvieron en 2009 sus Mundiales, a los que llegaron con diferentes expectativas.
El grupo de la Selección Juvenil, conducido por Juan Cichello, cerraba en la India, con el certamen mundialista, su ciclo de trabajo de cuatro años. Los resultados previos eran un quinto puesto en el Mundial Juvenil de Marruecos 2007 y, para este grupo de jugadores, un cuarto lugar en el torneo Menor de ese mismo año. Los dos eran mejores posiciones históricas. Y los dos eran marcas a superar.
Con una intensa gira previa en Francia, ante uno de los rivales directos, la Selección se preparó para su gran cita. El inicio ante Cuba, con un contundente 3-0, marcó el brillante futuro que la celeste y blanca tiene con estos chicos. La Juvenil debió afron tar derrotas ante los franceses y Bélgica, pero siempre levant ó cabeza y llegó a la semifinal. Cuba tuvo su revancha, pero una vez más los chicos argentinos emergieron y lograron, ante India, un bronce histórico.
Enseguida le llegó el turno a la Menor, comandada por Fabián Muraco, con un grupo de chicos que también venía de un oro sudamericano en 2008. Y el comienzo, esta vez con Italia como escenario (en donde la Selección ajustó los últimos detalles), fue todavía más furibundo. Con todas las ganas, los chicos argentinos ganaron los tres partidos de la ronda inicial y los dos primeros de la segunda para ya meterse en semifinales.
Italia, en el cierre de la segunda instancia, complicó el cruce de semis y allí Irán prevaleció. Pero, emulando a sus predecesores de la Juvenil, los Menores también resurgieron y le propinaron a Rusia un 3-0 para otro bronce inédito.
Con el otro bronce, el Menor, se erigió el puesto 1 en el ranking mundial de la FIVB
Quedaba un coletazo más de la gloria. En el cierre del año, con la actualización del ranking de categorías de base, la Argentina alcanzó el lugar más alto de las posiciones, con los cuatro podios en vigencia (sendos oros sudamericanos y bronces mundialistas). La celeste y blanca, por primera vez, arriba de las tradicionales potencias, y el futuro, más brillante que nunca.
En el género femenino, Argentina estuvo cerca. Muy cerca. Después de una primera etapa Premundial en Tortuguitas impecable (una vez más, en lo deportivo y en lo organizativo también), la última instancia hacia Japón 2010 fue en Brasil y allí Perú frustró el sueño. En el cierre del año, las chicas argentinas tuvieron su revancha ante las peruanas en el Sudamericano, con una victoria para volver a mirar para adelante y enfocarse de manera positiva para el próximo año.
Todo esto genera una cálida ambigüedad para el 2010. Por un lado, la certeza de lo difícil que será igualar los logros del 2009. Pero por el otro, más fuerte aún, la ilusión y las energías para perseguir semejante meta. Otra Liga Mundial, un Final Six argentino, el Mundial Mayor en Italia, nuevos Sudamericanos de base y otro ciclo para las mujeres. Todas nuevas chances de hacer historia.
Comentarios recientes