En los últimos días de diciembre de 2009, Saque de Potencia dialogó con el entrenador de Chubut Volley, quien hizo un balance de lo realizado por el equipo y dejó un saludo para todos los amantes del vóley.
– Tuvieron un año muy bueno, finalizaron en la tercera posición de la tabla y le ganaron dos veces a Bolívar…
– Es verdad. Nosotros tuvimos dos partidos muy inteligentes con ellos (Bolívar). Lo que tenemos claro es que, a pesar de haberles ganado, ellos siguen siendo los mejores. Fue muy duro para nosotros ganar. Nuestro campeonato no es Bolívar, es tratar de terminar lo más alto posible de la Fase Regular y ver el rival que nos va a tocar en el Play Off.
El equipo, de a poco, va encontrando una mentalidad, va encontrando una identidad que le permite llevar adelante este tipo de partidos. Creo que ahora el punto es poder madurar definitivamente y que estos partidos no los hagamos con los rivales que creemos más fuertes que nosotros y que, a priori, deberían estar arriba nuestro, sino que podamos hacerlo con todos los equipos con los que juguemos.
– Una buena noticia es la recuperación de Nicolás López de la lesión que le impidió jugar varios partidos. Si bien fue muy bien reemplazado por el esquelense Pablo Guzmán, es importante el regreso del capitán al equipo por todo lo que representa adentro y afuera de la cancha.
– Yo lo dije siempre, no por nada hace cuatro años que trabajo con él. Para nosotros Nico es tan importante afuera como adentro de la cancha. Es una persona que hace que el grupo tenga claro el lugar hacia donde se va. Es una persona de consulta permanente de parte de los jugadores y, porque no, también de parte nuestra. Yo hablo mucho con él, charlamos, le pregunto impresiones. Si bien yo tengo claro cómo lo quiero hacer, siempre la impresión de un jugador de la categoría y la edad de Nico, para mí, en particular, es muy importante.
Lo de Pablo (Guzmán) es bárbaro. Pablo se encontró de la noche a la mañana haciendo el jardín de infantes, la primaria, la secundaria y la universidad todo junto, y la gente pidiéndole que se reciba de abogado cuando todavía iba al colegio con las Manón y el jugo de naranja en el bolsillo. Lo que ha hecho es maravilloso y realmente habla muy bien de él. Un chico muy predispuesto al aprendizaje y, por sobre todas las cosas, una persona que, a pesar de esa apariencia de que se lleva todo por delante y que es un loquito y que no sabes para dónde va a salir, es alguien al que se le puede hablar, se le puede explicar y una excelentísima persona.
– Cuando comenzó la temporada la gente no esperaba que Chubut estuviera en los primeros lugares. Y, no sólo obtuvo triunfos resonantes ante equipos candidatos al título, sino que, con trabajo, sacrificio y disciplina, terminó en la tercera colocación.
– Hoy sacar pecho y decir nosotros lo dijimos, sería de una necedad y de un egocentrismo importante, dos cosas que no nos llevarían al lugar que queremos llegar.
Tenemos claro que todo lo que hemos hecho, lo hemos hecho con mucho esfuerzo, con mucho sacrificio y con mucho trabajo, y también con mucha disciplina táctica. Pero también sabemos que hemos pasado la mitad del camino, que todavía nos quedan siete partidos muy difíciles.
Yo les he dado dos o tres días más de licencia que lo normal, porque hemos llegado muy sobre el límite y han jugado cuatro partidos en siete días.
Ahora, a partir de enero, es una historia nueva, ya no valen los antecedentes y se van a jugar las 7 finales de los 20 partidos que teníamos.
– ¿Cómo terminó el plantel?
– Gracias a Dios, lesiones no tuvimos ninguna, solamente tuvimos eso de jugar el 10, el 13, el 15 y el 17 de diciembre. Y la verdad desde que nos habíamos ido a Buenos Aires a jugar con Tigre y Bolívar en la primera rueda, no habíamos podido volver a entrenar. Habíamos hecho nada más que viaje, descanso y saque y recepción. No habíamos podido hacer trabajo global nunca y esas son cosas que un equipo como el nuestro la siente. Aparte de la acumulación de los partidos, eso es tra bajo que uno pierde, porque en realidad no se puede. Porque te bajás de un micro y te metes en un hotel o te bajás de un micro y te vas a tu casa, pero al otro día tenés que entrenar, pero tenés 20 horas de viaje encima y tenés que jugar en un día.
Gracias a Dios, terminamos con el cansancio y la acumulación normal de cualquier equipo, aunque nosotros lo sentimos más porque las distancias para nosotros son terribles.
Pudimos terminarlo muy contentos, muy felices y teniendo claro que hasta ahora todo lo que tenemos es mérito, pura y exclusivamente, de nosotros.
En la despedida, Horacio Dileo dejó un saludo por las fiestas navideñas y el augurio de que la Argentina crezca en el 2010: “Quiero desearle a todo el mundo felices fiestas, una feliz Navidad y un muy buen 2010. Sobre todo que sea un 2010 donde este país pueda tener claro que el trabajo, la honestidad y los objetivos claros, son las cosas que nos van a hacer crecer como país y que podamos de alguna manera realizarlo. Porque es muy triste lo que pasa todos los días acá. Me parece que tenemos un potencial humano como para que este país sea una potencia y no se divida permanentemente las aguas entre los que quieren y no quieren hacer. Así que lo mejor para todos”.
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