Javier Weber

La fase final de la Liga Mundial está ahí nomás -será en Mar del Plata, del miércoles 17 al domingo 21- y Javier Weber, el entrenador de la Selección argentina, dedica buena parte de su tiempo a los detalles finales, a esos ajustes esenciales que lucen imprescindibles para enfrentar a potencias del nivel de Brasil, Italia, Rusia y Polonia.

“Estoy seguro de que vamos a hacer un buen cierre de la Liga Mundial. Hemos mejorado en los partidos que jugamos en Europa, pero todavía no nos alcanza para ganar porque es clave bajar los márgenes de error. Yo creo que hoy sería mejor equivocarnos menos que aumentar las virtudes”, dice Weber.

– El equipo viene de nueve derrotas consecutivas. ¿Cómo se hace para convivir con esa carga, para escapar del pozo? ¿Apareció el fastidio?

– Nadie puede ni debe estar tranquilo cuando pierde nueve partidos seguidos, pero también sabemos que en el grupo nos han tocado todas las potencias: Brasil, Estados Unidos, Polonia, Bulgaria y Francia. Más cómodo y menos riesgoso en este momento sería enfrentar a Corea, Cuba y Japón. Y también es verdad que con algo más de suerte algún partido de todos los que perdimos se pudo haber ganado.

– ¿Cuál es tu diagnóstico?

– Para ganarles a esos equipos tenemos jugar bien o muy bien más tiempo de lo que lo estamos haciendo. Contra Brasil se jugó como se debe media hora, que es un set. Frente a Bulgaria, el buen rendimiento se mantuvo durante dos parciales. Y ante Polonia, el rendimiento que necesitamos se extendió un rato más. Una buena receta es bajar el margen de error en saque y ataque. No podemos errar cinco o seis saques por set porque deberíamos atacar y recibir al 70 por ciento y hoy por hoy no llegamos a esos números.

– ¿Hay dolor en los jugadores por esta cadena de derrotas?

– Sí, sin duda de que les duele. Y en algunos casos hasta me gustaría que el dolor fuera mayor. Igualmente esto que está pasando es diferente a lo que ocurrió en 2010, con aquella serie infernal de 14 derrotas seguidas. Aquello significó el final de un equipo y esto que está ocurriendo le sucede a un grupo que todavía está en construcción.

– ¿Creés que fue un acierto pasarlo a Federico Pereyra de opuesto a receptor punta?

– Sí, claramente. Con Federico en ese rol ganamos en el juego en la red. Conseguimos mayor contundencia en el contraataque. Y si algo me sorprendió es que no sufrió en recepción: ha recibido 293 saques en lo que va de la Liga, lo que significa que lo han buscado todo el tiempo, y él tiene un 52 por ciento de pelotas perfectas y un poquito más del 20 de positivas.

– ¿Fue beneficioso para el grupo que la capitanía del equipo haya pasado de Rodrigo Quiroga a Luciano de Cecco?

– Sí. La decisión ha sido mía porque llegué a la conclusión de que un proceso nuevo necesitaba un líder diferente. Luciano carga, además, con la conducción del equipo en la cancha. Y confío que entre todos estemos produciendo un cambio de mentalidad.

– Por ahí la pregunta luce algo apresurada, pero ¿falta mucho para que el equipo titular salga de memoria?

– Sigo buscando el equipo; todavía no tengo el sexteto titular. Ahora sabemos que Iván Castellani va a estar a la altura de este nivel y que sus desniveles son producto del proceso de crecimiento. Pablo Bengolea jugó muy bien los primeros partidos pero no es novedad que si queremos meternos entre los cuatro mejores del mundo hace falta más nivel que el de la Liga Argentina. Tenemos dos armadores excelentes como De Cecco y Nico Uriarte. Damos pasos cortos pero todos para adelante. Y ojalá que en Mar del Plata se lo podamos demostrar a la gente.

Fuente y Foto: Eduardo Castiglione / Clarín

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