Gabriel Arroyo en Londres 2012

El central y capitán de Bolívar Gabriel Arroyo tiene muy presente todo lo vivido en los Juegos Olímpicos con la Selección Nacional de Vóley. En su voz se nota todavía la emoción por todo lo que vivió hace pocos días y hasta puede percibirse la felicidad que lo embarga y que le quedará por el resto de su vida gracias a esa experiencia.

Quizás la emoción también se deba a la sensación de comprender que se trata del fin de su ciclo con el equipo nacional.

Sobre esta experiencia olímpica y sobre la próxima temporada con las Águilas, Gabriel dijo lo siguiente: “Fue nuevo para mí todo lo vivido en Londres, resultó algo increíble. Uno siempre aprende cosas… A la edad que tengo pensaba que no iba a aprender nada más, pero apareció esto y aprendí muchísimo, así que lo disfruté al máximo. Fueron sensaciones inexplicables que no olvidaré jamás”.

– ¿Cómo viviste la fiesta inaugural?

– Fue algo impresionante. Antes de entrar al estadio, como típicos argentinos, estuvimos «haciendo lío», cantando por Argentina. Al momento de entrar, el corazón me iba «a mil», me temblaban las piernas, porque era como un túnel, y desde allí se veía el estadio, con esa cantidad impresionante de gente que estaba a los gritos… El show, la música, fue una experiencia inolvidable.

– ¿Cómo fue la convivencia en la villa olímpica?

– Espectacular, estábamos todos los argentinos en un mismo edificio, excepto en los últimos dos pisos, donde había gente de otros países. Hubo muy buena onda entre todos, cada uno estuvo concentrado en lo suyo, en lo que tenía que hacer… La atención del comité fue buenísima, teníamos todo a nuestra disposición, no nos podemos quejar de nada.

– ¿Cuándo reaccionaste que estabas allí?

– Los primeros días. Cuando llegué estaba asombrado con todo porque era algo maravilloso; te cruzabas con uno y con otro… Pero eran cosas que sabíamos que podían pasar y los primeros dos o tres días estas con todo eso; ves a los jugadores de básquet de la NBA, a Djokovic, y te vas a sacar fotos con ellos, pero después llega un momento en que te tenés que concentrar en lo que hay que hacer. Cuesta un poco asimilar todo eso, pero lo fuimos llevando bien.

– ¿Estuviste en la fiesta de clausura?

– No, ahí ya no estuve porque volví antes. Apenas terminó todo, le pedí al manager si podía conseguirme pasajes para volverme pronto; se movilizó y consiguió para el cuerpo técnico y a un par de jugadores, Por eso nos vinimos unos dos días antes de la fiesta final.

– Antes de partir a Londres, tuvieron una sorpresa por parte de gente de Bolívar ¿cómo fue ese momento?

– Fue espectacular. Estuvieron un par de chicos de la barra que nos fueron a despedir. Imaginate nuestra alegría a pesar de que yo estoy acostumbrado a esas cosas, porque la gente de Bolívar siempre lo hace… Además de la sonrisa y la felicidad de saber que me iba a los Juegos, ver a gente querida que fue a despedirnos me puso más feliz todavía.

– ¿Qué les dijo Weber al final de los Juegos?

– Javier hizo la charla correspondiente, como lo hace siempre. Terminó un ciclo para él, supongo que analizará su continuidad o su alejamiento de la Selección y nos explicó eso. También nos manifestó que está más que orgulloso por el equipo, por cómo nos habíamos entregado, por estos cuatro años de trabajo y por esfuerzo que hicimos para poder poner a la Argentina en un Juego Olímpico nuevamente. Tuvo palabras de agradecimiento y felicitaciones para todos.

– ¿Comenzaste a entrenar con Bolívar nuevamente?

– Sí, ya me incorporé; si bien estuve de visita el jueves, ahora ya estoy entrenando nuevamente. Tenía ganas de empezar, de estar con los chicos porque es un equipo espectacular con jugadores de mucha experiencia y hay que disfrutarlo al máximo. Estas oportunidades no se dan dos veces en la vida.

– ¿Qué trajiste a nivel sentimental de Londres?

– El recuerdo de haber integrado un grupo increíble. Me gustaría poder seguir estando y disfrutando de esos jugadores porque es un equipo de chicos jóve nes con bue n corazón y con muchas ganas de darle para adelante. Pude disfrutar de este grupo y estoy muy contento por ello.

– ¿Por qué tanta seguridad que este fue tu primer y último juego olímpico?

– Porque ya tengo 35 años, y creo que dentro de cuatro años no voy a estar jugando. En la Selección, terminar un ciclo con una participación en un Olímpico, es lo máximo, lo que siempre soñé. Uno siempre tiene ganas de estar, pero hay que saber dar un paso al costado y creo que es el momento de despedirme del seleccionado.

Fuente y Foto: Zulema Duarte / La Mañana

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